¿Gestionamos bien nuestro tiempo?
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- Publicado el 12 Septiembre 2014
El tiempo es un bien escaso y que cada vez adquiere más valor para las personas, en la medida que es un elemento clave para disfrutar de una calidad de vida mejor y de un bienestar personal y familiar mejor.
En las últimas décadas, el uso social del tiempo ha ido cambiando, de la misma manera que ha cambiado la sociedad.
Hoy día, es difícil encontrar a alguien que no haya manifestado alguna vez la necesidad de tener más tiempo, tanto en el ámbito profesional como en el personal. Se ha generalizado la percepción de que hay un desajuste entre las muchas cosas que hay que hacer, en el terreno profesional y en lo personal, y el poco tiempo disponible para hacerlas. Paralelamente, también existe la conciencia de que, aunque todo el mundo tiene el mismo tiempo, algunas personas obtienen una mayor rentabilidad que otros de este recurso que podríamos considerar, por todo lo expuesto, un recurso «escaso».
Ciertamente, el tiempo es un recurso que, como cualquier otro, debe ser correctamente administrado si se quiere obtener la máxima «rentabilidad».
El motivo por el cual debemos aprender a gestionarlo de forma eficaz viene determinado por sus características:
-Es Imprescindible. Todo tiene su precio en tiempo. Absolutamente todo pasa factura en términos temporales (trabajar, descansar, dormir...). Se ha afirmado que el tiempo se ha convertido en la moneda a del siglo XXI. Con esta idea se quiere dar a entender que el tiempo es un recurso valioso, escaso. El tiempo pasa y se gasta.
- Es Insustituible. Este recurso no se puede sustituir por otro. En otros supuestos, el cambio es posible; por ejemplo, se puede retribuir una actividad con dinero, en especies... Pero nada puede sustituir el tiempo.
- Es Inexorable. El tiempo no se puede almacenar. Hay bancos prácticamente para todo: para el dinero, para los alimentos... de manera que lo que no «se gasta» se guarda para cuando sea necesario. No hay bancos de tiempo.
- No es elástico. El tiempo no se da, no se dilata; tiene un ritmo inalterable, veintidós cuatro horas día tras día. Otra cosa es la percepción subjetiva que se pueda tener de su paso. A veces, cuando se espera que llegue el momento de hacer algo agradable (ir de vacaciones, encontrarse con los amigos...), parece que pase muy despacio. En cambio, cuando hay que ir al dentista o hacer una tarea desagradable, por ejemplo, se tiene la percepción de que pasa muy rápido.
Prácticamente todo el mundo tiene problemas a la hora de gestionar el tiempo y el hecho de que, como hemos citado anteriormente, algunas personas rentabilizan más este recurso que otros, a pesar de disponer de la misma cantidad de tiempo, nos indica la importancia del aprendizaje en su gestión.
El tiempo, su uso, su gestión, así como las necesidades que se derivan de la asincronía entre los diferentes usos y horarios, se ha convertido en los últimos años en una de las principales preocupaciones tanto de las organizaciones como de los individuos en general
El tiempo es, pues, un bien que hay que aprender a gestionarlo. Probablemente, la mejor gestión que se puede hacer es aprovechar el tiempo del que se dispone de forma cuidadosa.
¡Ahora que iniciamos el año escolar en algunos países, aprendamos una buena gestión del tiempo!
